Encuentro la palabra, la necesidad, el deseo y el derecho de expresarme. Descubro la llave de los mundos en mí ocultos, la almohada de plumas que aplaca los golpes de la vida, el azúcar que suaviza el sabor amago de la, en ocasiones, cruenta realidad y la libertad que me permite volar más haya de las ataduras de la sociedad. Soñando con un mundo sin prejuicios ni dolor. Una brisa de aire puro, respiro profundo y tengo la fuerza para enfrentar un nuevo comienzo.
Otra vez mi alma explota, una historia aparece, un personaje me llama a darle vida y nada más importa: ¡debo escribir ya!.
Presencio una fiesta de disfraces, oigo la orquesta tocar, me convierto en una dama fina y delicada cual pétalo de rosa, cambia la música, soy un perro salvaje luchando por sobrevivir, giro y giro soy la dueña del misterio, una niña asustada y a la vez el asesino más perverso.
La palabra es ese placer secreto de una noche de insomnio, el velador alumbra con luz tenue y la sabanas blancas envolviéndome se transforman en alas que me liberan de mi habitación.
Vidas nace en mi interior, frases se graban en el papel, mi mente como un torbellino imparable, mi mano trata de seguir y el tiempo suspende su marcha, floto plenamente feliz. No es posible encontrar un momento más grato.
Dios es sabio porque sin el don de palabra, que gentilmente me cedió, mi cuerpo seguiría respirando pero mi alma incapaz de resistir estaría destinada a morir.
Es la palabra el motivo de mi existir, en ella y por ella quiero vivir.
Todos los derechos reservados © Patricia TORRES (TRIUNFANTE)
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