martes, 18 de octubre de 2016

Sin pretensión de eternidad: Horizonte Blanco

    Todo ser humano puede salir de los altibajos presentes en sus experiencias, encontrando un sendero lejos del ruido urbano, para contemplar en silencio el inmenso horizonte, porque aun teñido de blanco en un día sin sol, se debe apreciar su hermosura. La naturaleza esplendida y libre en el infinito campo fértil.
 Al final de la tempestad, el cielo siempre se aclara, pero aun en esta tormenta no se pierde la belleza divina, nunca he visto verde tan vivo como en el camino que dejo a mis espaldas,

 como el que respiran mis pulmones.

Y en medio de este paisaje es casi inevitable preguntarme:
  Si la vida es una continua búsqueda. ¿Sera que ocupo mi tiempo en la búsqueda correcta?
 Con esta travesía aprendí que para estar en paz  tenemos que descubrir el equilibrio en cada lugar, entre los aspectos buenos y aquellas cosas que resultan incomodas, por eso es bueno alejarse y verse con perspectiva. 
A horas de volver a la cotidianidad comprendo que los lugares no son buenos ni malos, lo importante es como te lleves con las personas que desees compartir y el grado de acceso a lo que consideres necesario, pensando bien ¿si realmente es tan necesario? 
Tener hermosos atardeceres, las noches resplandecientes adornadas por majestuosos diamantes. No es preciso más que valorar lo maravilloso ante nuestros ojos.  

Todos los derechos reservados ©  Patricia TORRES

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